A siete días de la celebración en Toledo de una cumbre entre Jefes de Policía Local de toda España, ABC destapa una trama organizada por su máximo responsable, José Francisco Cano de la Vega, conocido como Pepe en su entorno profesional. El encuentro, que se conoce como Segucity, está promovido por Unijepol, una asociación fundada y presidida por Cano que agrupa a 1.100 jefes y mandos de las policías locales de España, así como a otros profesionales, directivos y técnicos que trabajan o tienen competencias profesionales en la seguridad en el ámbito municipal.
Esta organización, creada sin ánimo de lucro, obtiene sus principales ingresos a través de cuatro vías: la cuota anual de 90 euros de sus asociados, el patrocinio de la asociación, los ingresos de la de publicidad de su revista «Jefes de Policía Local» y los ingresos por el patrocinio del evento anual Segucity.
A día de hoy, desde su posición en Unijepol, Cano deriva la mayoría de las actividades que generan ingresos a la empresa de su mujer, Mercedes Bodega, de modo que formalmente no consta que él está detrás. Pero quien se encarga de llevar la relación con patrocinadores de la asociación, del evento y anunciantes de la revista es él mismo, en una actividad que nada tiene que ver con su función como responsable policial de este municipio del sur de Madrid, según consta en la propia información que facilitan ambas entidades.
La trama cambia en 2009
La trama tiene un antes y un después en 2009, año en que se consolida la relación sentimental entre Cano y Bodega. Hasta entoces, Cano formaba parte de la empresa que facturaba esos trabajos y era el encargado de llevar la relación con los clientes, a quienes enviaba las facturas desde su correo electrónico. La empresa utilizada era Segucity Consultores. Luego tomó el relevo la firma dedicada a la gestión de eventos llamada Sedana Events.
La administradora única es Mercedes Bodega, segunda esposa de Pepe Cano. El marido capta los clientes, la mujer hace caja. Desde que Sedana Events absorbe la empresa Segucity Consultores y empieza a gestionar el evento anual de policía local Segucity, en un año triplicó su facturación:de 59.000 euros a más de 150.000 según aparece en el balance de cuentas del año 2009.
Desde el correo personal
Fue el mismo Cano quien a través de su correo electrónico personal comunicó a los clientes que Segucity se había integrado en Sedana: «Segucity ya ha cesado oficialmente su actividad. Debéis hacer los ingresos en Sedana», escribió en julio de 2009. Además, numerosas facturas a las que ha tenido acceso ABC demuestran que durante años el nombre y los datos personales de Cano aparecían en el membrete de las facturas de Segucity Consultores, una actividad que vulnera la Ley de Incompatibilidades del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas.
El entramado creado por Cano también podría salpicar al Ayuntamiento de Fuenlabrada. La gran mayoría de los patrocinadores de Unijepol, anunciantes de la revista, y los patrocinadores del evento son también proveedores del Ayuntamiento fuenlabreño. Se cierra así un círculo que empieza en una organización en la que participan más de un millar de mandos de la policía local en toda España y que podría acabar en el bolsillo de la familia Cano de la Vega-Bodega.
Un cabecilla con un pasado polémico
Sociólogo de formación, Pepe Cano ha demostrado ser un gran emprendedor. Los que han estado cerca de Cano dicen que es «una persona muy autoritaria y con pocos escrúpulos». Mantiene muy buenas relaciones con políticos y autoridades de todo el territorio. En el Comité de Honor de Segucity figura su alcalde, el socialista Manuel Robles, quien le defendió con uñas y dientes cuando en febrero de 2009 estuvo involucrado en un escándalo con funcionarios del Departamento de Recursos Humanos del Ayuntamiento de Fuenlabrada. En la cuarta planta del Consistorio una trabajadora descubrió una cámara oculta en un detector de humos que había instalado Cano.
Se dio a conocer cuando defendió en público a Ginés Jiménez, en nombre de Unijepol, en el Caso Coslada. Llegó a decir: «Que se meta en prisión a quien deba estar en prisión y que se quite el uniforme a quien no tenga la suficiente dignidad para llevarlo».
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